martes, 14 de septiembre de 2010

Testimonio Cristina Martínez sobre el procesamiento de Kenán


Ahmed Mahmud (Kenán) Mohamed Ali

nombre: Ahmed Mahmud
le llaman: Kenán
1er apellido: Mohamed Ali
2º apellido : Ahmed Salem
Familia: Haddi
33 años.




1. Historial de condenas:

Desde 2001, su vida ha sido cumplir condena, salir de la cárcel y volver a ella enseguida.


2001:

1 año por agresión a un policía, acusación que el interesado niega.



2002:

3 años por insultar al Rey en Agadir, con testigos marroquíes, acusación que el interesado niega.

En 2004, cuando estaba en la Cárcel Negra del Aaiún, escribió al Procurador del Rey diciendo que renunciaba al pasaporte marroquí. Tras esta noticia, el Frente Polisario le mandó un pasaporte de la RASD a su casa.

En 2005, fue trasladado ilegalmente a la prisión de Inzegan (Agadir) sin que fuera cumplimentada ninguna petición de traslado. El 21 de mayo de 2005, la familia y otros simpatizantes hicieron una concentración para protestar por la ilegalidad del traslado. Ahí empezó la primera chispa de la Intifada. A raíz de ese incidente hubo más movilizaciones, y la policía detuvo a Haidar, a Hmad Hamad, a Brahim Dahane, a Ali Salem Tamek, constantemente había revueltas. Más de trescientas personas entraron en la cárcel por la Intifada. Muchos fueron secuestrados, torturados y tirados sus cuerpos.



2006:

3 años de condena: de nuevo en libertad, cuando, en 2005, se dirigía con un hermano suyo, con Brahim Sabbar y con Ahmed Sbai a Bojador, a abrir una asociación de derechos humanos, fueron todos detenidos, acusados de agresión a la policía. A él le cayeron tres años, a Sbai y a Sabbar, dos años y medio cada uno, y a su hermano, un año de prisión en libertad condicional.

2009: última detención

Fue a Rabat con un amigo suyo para hacer un trabajo allí. El 28.10.2009, estaban tomando un café cuando entraron unos 20 policías en la cafetería, les vendaron los ojos y se los llevaron a un sitio llamado TEMARA, un pueblecito muy cerca de la capital. Temara es una cárcel secreta. La gente no sabe que existe. Está bajo tierra. En la cárcel, los aislaron, los torturaron, los tuvieron todo el tiempo con los ojos vendados, casi sin comer ni beber. La tortura duró 19 días para Ahmed Mahmud y 7 para su amigo, que salió antes.

Cuando el amigo llegó al Ayún, dijo que no había visto a Kenán, que sólo escuchó sus gritos y también le oyó vomitar. De esta manera la familia se enteró de que estaba vivo.

La familia se fué a todos los juzgados y al tribunal preguntando por su hijo, y no le dieron razón. Preguntaron a ministros, al Gobernador y a las diversas policías del Aaiún, a las organizaciones de Derechos Humanos, a la Dirección General de Seguridad Nacional en Rabat, a las cárceles. Estuvieron un mes y 20 días buscándole.

Su hermano empezó a escribir a todas las organizaciones humanitarias diciendo que Ahmed Mahmud estaba desaparecido. Fue entonces cuando le trasladaron a la cárcel de Okasha, en Casablanca, el 15.11.2009. Le acusaron de venta de drogas, tráfico de armas, fabricación de dinero y banda criminal; falsificación de pasaportes y documentación para otros.

Su familia se trasladó a Okasha. En la cárcel le dijeron que ahí no estaba, pero la familia insistió, y, el 17 de diciembre de 2009, se comprobó que lo tenían allí, en situación de incomunicación.

En el expediente no hay pruebas, sólo un portátil con vídeos de manifestaciones. Por eso sigue en la cárcel. Es claramente un preso político. Las otras acusaciones no se sustentan. Lo que le incrimina es su posicionamiento pro autodeterminación.

Desde hace 8 meses está aislado en una celda. Últimamente puede recibir visitas de su familia. Su juicio se ha pospuesto ya en tres ocasiones.

El arresto se hizo en una epoca muy delicada, cuando la detención de los 7 de Salé, tras el dramático discurso del rey.


2010: juicio.


Se ha aplazado tres veces el juicio, el 10 de junio, el 28 de junio y el 13 de julio. La nueva convocatoria es el 15 de septiembre, en Casablanca. Para esas fechas llevará casi 9 meses en prisión sin haber sido juzgado.

He asistido a dos de los procesos, el del 28 de junio y el del 13 de julio.

Su acusación por pertenencia a banda criminal implica que debe ser juzgado junto con 22 acusados más. Cada vez que se produce algún inconveniente, se suspende el juicio para todos ellos:

-    El 28 de junio, faltó uno de los abogados, y por ese motivo se aplazó el juicio dos semanas.

-    El 13 de julio, uno de los reos había pedido cambiar de abogado, por lo que se debía posponer el juicio para darle tiempo a preparar el caso. Cuando yo acudí a la sala, los abogados ya sabían que no se iba a celebrar, no así el hermano de Kenán. Su abogado, Mohamed Sabbar, del Colegio de Abogados de Rabat, no le informó de ello, aunque dijo que iba a mandar a un sustituto. El sustituto, si se presentó, no se dio a conocer. La próxima convocatoria es para el 15 de septiembre.

La sala del Tribunal es grande, y no se oye. No hay altavoces, y el presidente del Tribunal no levanta la voz, por lo que, aun conociendo el dariya, sería imposible enterarase de lo que pasa.

En el juicio del día 28 de junio, el Tribunal estaba compuesto por el Fiscal, el Secretario, el Presidente del Tribunal y seis ayudantes. No sucedió nada salvo que se mandó retirar a los presos. En ese momento, el abogado, Mohamed Sabbar, se acercó al estrado, supuestamente para pedir una libertad condicional, aunque no se podía oir su voz.

En el juicio del día 13 de julio, los ayudantes del Presidente eran sólo tres. Fueron nombrando a presos, y después la policía les sacó a todos juntos de la sala.



Cristina Martínez.
19.07.2010.

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