La familia del saharaui Maayouf Abdelwahab, de 20 años de edad, revela el sufrimiento de su hijo que junto a docenas de compañeros se encuentran encarcelados en la Prisión Negra del Aaiun en el Sahara Occidental, bajo deplorables y atroces condiciones más de ciento cincuenta personas se encuentran en prisión preventiva tras la protestas que se sucedieron en la ciudad por el violento desalojo del Campamento Gdeim Izik el 8 de noviembre de 2010.
Según la información que la familia ha facilitado a la Comisión, el joven fue secuestrado el 12 de noviembre de 2010 a las 21:00 horas cerca de su casa cuando volvía de un café de Internet cercano a la avenida Smara en el Aaiun.
El joven que fue detenido antes de llegar a su casa, fue trasladado a un destino desconocido con los ojos vendados, la familia tuvo conocimiento del secuestro a través de algunos vecinos y testigos presenciales, e inició una búsqueda incansable para conocer el paradero de su hijo en diversas comisarías de la policía, la gendarmería, las fuerzas auxiliares y en cuarteles militares, así como en los hospitales sin obtener información que confirmara o negara su detención o situación.
Tras los infructuosos esfuerzos realizados por los familiares para conocer su paradero, el sábado 13 de noviembre de 2010, fuerzas los paramilitares irrumpieron en la casa familiar escoltando a su hijo que estaba ensangrentado, descalzo, con las ropas desgarradas, la cara desfigurada por las contusiones, heridas en la cabeza, la boca y en el resto de su cuerpo debido a la intensidad de las brutales torturas sufridas durante su detención.
El exhaustivo registro que se produjo en todas las habitaciones de la vivienda fue acompañado por actos vandálicos, rotura de mobiliario y todo lo que encontraban a su paso, para a continuación abandonar la casa llevándose al joven a un destino desconocido, este hecho causó auténtica conmoción entre los miembros de la familia que observaron del estado en el que se encontraba su hijo que había sufrido graves violaciones de sus derechos humanos
La familia que no conoció el paradero de su hijo hasta su ingreso en la Prisión Negra, tras varios intentos como les ocurre a otras familias saharauis pudieron visitarlo, informaron a la Comisión que todos los presos políticos saharauis están sometidos a estrictas medidas de seguridad, así como a tratos crueles y humillantes de manera sistemática por parte de la Dirección General de Administración Penitenciaria, donde son despojados de todos sus legítimos derechos: salud, alimentación adecuada, comunicación, visitas, acceso a libros y periódicos o tratamientos médicos, con el agravante que todos los detenidos sufren fracturas y heridas en diferente estado de gravedad, como resultado de tortura física infringida durante su detención y custodia.
Las condiciones de la visita a la prisión se produce en un ambiente de intimidación donde las familias saharauis son sometidas a estrictos registros y tratos racistas humillantes y provocadores, pudiendo visitar a sus familiares durante unos minutos una vez a la semana en habitaciones reservadas para este fin donde son vigilados estrechamente donde el detenido se encuentra separado por una mampara del visitante y no puede hablar claramente porque el ruido y los gritos prevalece en el lugar.
La familia del detenido político saharaui Maayouf Abdelwahab proveniente de Guelmin al sur de Marruecos para poder visitar a su hijo una vez por semana durante sólo unos minutos, recorre los 800 Km. de ida y vuelta que separan esta localidad de la ciudad de El Aaiun en el Sahara Occidental.
Comité para la Defensa de los Derechos Humanos Saharauis de Guelmin
Martes 11 de Enero de 2011
Según la información que la familia ha facilitado a la Comisión, el joven fue secuestrado el 12 de noviembre de 2010 a las 21:00 horas cerca de su casa cuando volvía de un café de Internet cercano a la avenida Smara en el Aaiun.
El joven que fue detenido antes de llegar a su casa, fue trasladado a un destino desconocido con los ojos vendados, la familia tuvo conocimiento del secuestro a través de algunos vecinos y testigos presenciales, e inició una búsqueda incansable para conocer el paradero de su hijo en diversas comisarías de la policía, la gendarmería, las fuerzas auxiliares y en cuarteles militares, así como en los hospitales sin obtener información que confirmara o negara su detención o situación.
Tras los infructuosos esfuerzos realizados por los familiares para conocer su paradero, el sábado 13 de noviembre de 2010, fuerzas los paramilitares irrumpieron en la casa familiar escoltando a su hijo que estaba ensangrentado, descalzo, con las ropas desgarradas, la cara desfigurada por las contusiones, heridas en la cabeza, la boca y en el resto de su cuerpo debido a la intensidad de las brutales torturas sufridas durante su detención.
El exhaustivo registro que se produjo en todas las habitaciones de la vivienda fue acompañado por actos vandálicos, rotura de mobiliario y todo lo que encontraban a su paso, para a continuación abandonar la casa llevándose al joven a un destino desconocido, este hecho causó auténtica conmoción entre los miembros de la familia que observaron del estado en el que se encontraba su hijo que había sufrido graves violaciones de sus derechos humanos
La familia que no conoció el paradero de su hijo hasta su ingreso en la Prisión Negra, tras varios intentos como les ocurre a otras familias saharauis pudieron visitarlo, informaron a la Comisión que todos los presos políticos saharauis están sometidos a estrictas medidas de seguridad, así como a tratos crueles y humillantes de manera sistemática por parte de la Dirección General de Administración Penitenciaria, donde son despojados de todos sus legítimos derechos: salud, alimentación adecuada, comunicación, visitas, acceso a libros y periódicos o tratamientos médicos, con el agravante que todos los detenidos sufren fracturas y heridas en diferente estado de gravedad, como resultado de tortura física infringida durante su detención y custodia.
Las condiciones de la visita a la prisión se produce en un ambiente de intimidación donde las familias saharauis son sometidas a estrictos registros y tratos racistas humillantes y provocadores, pudiendo visitar a sus familiares durante unos minutos una vez a la semana en habitaciones reservadas para este fin donde son vigilados estrechamente donde el detenido se encuentra separado por una mampara del visitante y no puede hablar claramente porque el ruido y los gritos prevalece en el lugar.
La familia del detenido político saharaui Maayouf Abdelwahab proveniente de Guelmin al sur de Marruecos para poder visitar a su hijo una vez por semana durante sólo unos minutos, recorre los 800 Km. de ida y vuelta que separan esta localidad de la ciudad de El Aaiun en el Sahara Occidental.
Comité para la Defensa de los Derechos Humanos Saharauis de Guelmin
Martes 11 de Enero de 2011
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