martes, 9 de noviembre de 2010

Crónica: Un elevado precio por ejercer su derecho

Todo comenzó cuando ayer, día 7, alrededor de las 7 de la tarde, más de 80 camiones blindados de antidisturbios y unas 30 ambulancias, entraron por el control de la salida de El Aaiún hacia el campamento y el control fue cerrado absolutamente a sus espaldas.

En el mismo punto del control comenzaba una caravana de saharauis que, en sus coches, intentaban acceder al Campamento pacífico de la Dignidad. Cuando estos se percataron de que los militares habían cerrado el control de forma total y el acceso al campamento se hacía ya imposible, todos los saharauis comenzaron a realizar una asentada-protesta para forzar el acceso. En ocasiones anteriores esta acción resultaba efectiva y los saharauis terminaban pudiendo entrar al campamento, pero en esta ocasión no fue así, los militares y gendarmes, que se encontraban en el control, arremetieron contra la protesta usando gas lacrimógeno. Fue este suceso el que desencadenó una protesta masiva en toda la ciudad de El Aaiún.

Los saharauis, al ver que el acceso al campamento estaba cerrado, comenzaron a realizar protestas por todo El Aaiún, quemaron fotos de Mohamed VI y banderas de Marruecos. En ese momento las fuerzas de seguridad marroquíes comenzaron una dura intervención y, tras muchos disturbios y enfrentamientos entre ambas partes, las patrullas de colonos marroquíes armados con armas blancas y protegidos por los antidisturbios, terminaron haciéndose con el control de la ciudad.

Las decenas de saharauis heridos fueron trasladados en ambulancias al hospital civil de El Aaiún, y, tras ser curados, fueron secuestrados por la policía hacia un destino desconocido.

El Aaiún consiguió dormir un par de horas, de 4.00h a 6.00h de la mañana. A las 6.00 am, hora local, Marruecos comenzó su ofensiva brutal contra el campamento de Gdeim Izik.

Antes de que amaneciera, el helicóptero que lleva sobrevolando el campamento desde su instalación, comenzó ha amenazar, desde un altavoz, con que Marruecos iba a entrar a desalojar el campamento, que, a pesar de las negociaciones, no podían consentir la permanencia de este.

Instantes más tarde, más de 80 vehículos de antidisturbios y fuerzas de intervención rápida marroquíes irrumpieron en Gdeim Izik, por la zona este del mismo. El helicóptero continuó lanzando, desde el aire, bombas de gas lacrimógeno que impedían respirar a los y las saharauis. Entre todo esto, los acampados consiguieron juntar a las mujeres y a los niños y comenzar a sacarles en Land Rover. La rapidez del momento impidió que pudieran desalojar a toda la población más vulnerable y esta tuvo que ir saliendo a pie o sufrir las agresiones de Marruecos en su huída.

La compañera de Thawra que se encontraba con estas mujeres relata como los militares y antidisturbios marroquíes golpearon salvajemente a varios de los jóvenes saharauis que les acompañaban. Cuenta el caso de, por ejemplo, Bachir Llaya, preso político saharaui, que fue agredido por más de 60 antidisturbios marroquíes y como fue subido a uno de sus vehículos (marroquíes) inconsciente y ensangrentado; junto con otros dos activistas saharauis más.

El campamento fue desalojado en menos de dos horas. Las fuerzas de represión marroquíes arrasaron con todo lo que se encontraron por su camino, y, a pesar de la fuerte resistencia que mantuvieron los saharauis, la ofensiva marroquí consiguió su objetivo. Con seguridad, la agresión se saldo con, al menos, 7 muertos saharauis y centenares de heridos. Los cadáveres eran recogidos por los militares marroquíes y almacenados en los remolques de sus camiones.

Paralelamente a la intervención en Gdeim Izik, la población saharaui que se encontraba en la ciudad ocupada de El Aaiún, comenzó a salir a las calles y a manifestar contundentemente su rechazo a la masacre marroquí. Estos quemaron más banderas marroquíes y exhibieron orgullosos las banderas de la RASD.

La respuesta de Marruecos fue inmediata y el helicóptero que se encontraba en Gdeim Izik se trasladó a El Aaiún para sobrevolar el cielo de la ciudad y bombardear a los saharauis que se encontraban en las calles, con gas lacrimógeno.

Las fuerzas militares no tardaron en utilizar todas sus armas y los tiroteos, contra la población saharaui, se sucedieron durante toda la mañana y parte de la tarde del día 8.

Los saharauis resistieron firmemente y las banderas de la RASD siguieron alzándose en todas las casas. Los saharauis consiguieron hacerse con el control de la ciudad durante varios momentos del día, consiguieron quemar la ONP (Oficina Nacional de la Pesca, como muetra de su rechazo al expolio de recursos saharauis por parte de Marruecos), siete oficinas de Western Union, cuatro sedes bancarias, varias comisarías de policía (entre ellas, la de la avenida de Smara), todas las oficinas de retransmisión de TV… quemaron coches para realizar barricadas y defenderse de la ofensiva marroquí y los gritos de autodeterminación y libertad no cesaron en ningún momento, ni han cesado aún.

Durante todo el día 8 los disturbios no han parado, las ambulancias no han dejado de portar al hospital heridos saharauis y militares, y las detenciones arbitrarias y graves agresiones, contra la población saharaui, se han sucedido en todo momento.

El día se ha saldado con más de 300 desaparecidos, centenares de heridos y un número incalculables de detenidos saharauis, que han sido llevados a la Base militar que se encuentra en el norte de El Aaiún, y se desconoce su estado. Existen varios fallecidos, al menos dos saharauis y un policía marroquí.

En estos momentos, la ciudad se encuentra tomada por las fuerzas de represión marroquíes, fuertemente armados en su totalidad, pero siguen sucediéndose las protestas en las calles más importantes de El Aaiún y en los barrios de mayoría saharaui.

Fuente: Thawra

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